Osera que nunca fue

Hoy me levante aterrado, hoy ya mis esperanzas sufrieron una catástrofe, hoy vi. A mi generación caer dentro de una mediocridad, dentro de un miedo, dentro de un pesimismo que no puedo creer.

Y es que toda mi vida me han enseñado que las cosas se pueden cambiar, siempre el que persevera alcanza, el que no esta conforme transforma su entorno, es lo que los humanos hacemos, transformar nuestro mundo a nuestro antojo.

Sin embargo e visto a mi generación dudosa de esto, y no lo puedo creer, traigo la boca barriendo el piso por este hecho, no puedo imaginar que ya no se tenga la esperanza de poder hacer cambios, no quiero creer que se ponga en tela de duda a la revolución.

Como nos podemos quejar de nuestra sociedad, reflexionar sobre nuestra miseria, y llorar por nuestros pobres, si antes no se tiene la convicción de cambiar todo eso, las palabras quedan solamente en el viento, y se las lleva tan fácilmente la brisa, que siento escalofríos.

De repente siento que lucho solo, pensé que todos queríamos un cambio, pero me doy cuenta que eso es una gran mentira, me doy cuenta que tan siquiera en mi país, las cosas no van a cambiar mucho, no porque tengamos políticos corruptos, burocracias obsoletas, o leyes que solamente se quedan en sueños, si no porque es nuestra sociedad, la materia prima de cualquier cambio, y es increíble, que después de vivir tantas injusticias, tanta inseguridad, y tanto sufrimiento, los nuevos adultos, los nuevos ciudadanos, mi generación, no quiera ese cambio es increíble.

Eduardo Gómez